Hoy tenemos el placer de conversar con Jana Arimany, una destacada profesional en el ámbito de la cooperación internacional. Después de enfrentar una lesión medular, Jana ha transformado su vida y carrera, dedicándose a mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad en países en vías de desarrollo. Con una pasión inquebrantable y un enfoque en la inclusión social, ha liderado proyectos significativos en lugares como Kenia, trabajando en colaboración con escuelas y organizaciones locales. En esta entrevista, Jana nos comparte su inspiradora historia, los retos que ha enfrentado y los logros alcanzados, así como sus reflexiones sobre la importancia de una sociedad más consciente y solidaria.
A mí siempre me había atraído el mundo de la cooperación internacional, ya desde la universidad. Cuando tuve la lesión, sentí que podría utilizar mis aprendizajes para impactar en la vida de las personas con discapacidad en un país en vías de desarrollo. Un día, en una jornada de sensibilización en una empresa, conocimos la experiencia de una persona que había colaborado con una ONG local de una zona rural de Kenia y nos gustó mucho. Nos pusimos en contacto con ellos y fuimos analizando juntos la situación que viven las personas con discapacidad allí y diseñamos un proyecto para mejorar su futuro.
Tenemos dos proyectos: uno de ellos es en colaboración con una escuela de niños y niñas con discapacidad física. Se llama Nalondo School y tienen más de 900 alumnos.
No tenían agua, así que construimos un sistema de agua corriente para ellos. Fue una acción puntual, pero la colaboración seguirá para darles soporte en otras necesidades que van surgiendo.
Por otro lado, está nuestro proyecto principal que desarrollamos con la contraparte local, Hands of Charity. Es la construcción de un centro ocupacional donde las personas con discapacidad y sus familias aprendan a desarrollar un oficio o actividad generadora de ingresos que les permita progresar tanto profesional como personalmente.
Nos centramos principalmente en las nuevas generaciones. Vamos a escuelas e institutos a acercar la discapacidad a los alumnos. Creo que poco a poco vamos construyendo una sociedad más consciente, pero siguen existiendo muchas barreras. Las barreras sociales son para mí el mayor desafío, porque no se ven y a menudo no se entienden, pero limitan igual la participación.
Creo que ayudamos a cambiar algunas ideas preconcebidas y rompemos algún prejuicio. Animamos a aquellos que nos escuchan a ver la diversidad como algo que nos enriquece como sociedad y les explicamos que todos y cada uno de nosotros podemos contribuir a que tengamos un mundo pensado para todos.
Soy consciente de que la vida puede cambiar en cualquier momento, es por eso que trato de centrarme más en hacer aquello que me gusta y que tiene sentido para mí.
Muévete y Accede me ha dado los medios principales para que me sienta una persona autónoma y capaz de emprender aventuras como estas. Lo cierto es que voy muy segura allá donde voy gracias a los productos y recomendaciones que me dan siempre.
Una experiencia que recuerdo es la primera vez que me senté en mi silla actual después de dejar atrás la primera silla. Era una silla enorme, para nada de mis medidas y que me hacía el día a día mucho más difícil de lo que debía ser.
Ángel estuvo toda una tarde midiéndome y confié en sus consejos. Gracias a eso mi calidad de vida mejoró muchísimo.
Puedo asegurar que son muy buenos profesionales, que se dedican a cada uno de sus clientes con mucho cariño buscando el máximo bienestar de cada persona. Además, el trato es muy bueno y se adaptan a cualquier necesidad. Yo no dudo en recomendarlos. Aparte, otra cosa que, Si quieren ver cómo van progresando los proyectos, nos pueden seguir nuestra asociación Capaç i Vàlida a @civteam, y si les gusta, pueden apoyarnos con una donación.
Les aconsejaría que si les motiva, se lancen a probarlo, ya que es un mundo muy gratificante. Y si necesitan apoyo en su camino y creen que puedo ser de utilidad, sepan que a mí me gusta compartir experiencias.